Ausencia

Cables vacíos,

callan las golondrinas:

fin del verano

Permanencia

Luz maternal

aun al atardecer,

en el camino.

Incertidumbre

Camino en curva

el corazón se encoge

por la emoción.

Levante

Cruza el viento,

entre las hojas verdes

de la adelfa.

Tedio

Ronca el perro,

cobijado a la sombra.

Es mediodía.

Mediodía

Canta la fuente.

En el pilón dos sombras.

Abejarucos.

Aire

Sobre el fresno,

vuela la mariposa,

un trozo de oro.

Urdin

Verde sobre amarillo:

sestea la oropéndola,

bajo la sombra del nogal.

Txuri

Tumbado al sol

esperando a su amigo

¿el perro sueña?

Ríos

III

Tejen los mimbres la luz.

Los guijarros crujen, desperezados:

pasos del pescador.

IV

Dispara la caña su parábola,

dibujando el aire nuevo.

El río se estremece.



V

Baja la risa del agua

por el molino.

Sonríe el pescador.

Veranos

De veranos felices, a la orilla del río, estos haikus amétricos.

I

Cubre el cielo los seres y las cosas.

La tierra se cobija bajo las estrellas.

Respira la noche.

II

De la calma nace el movimiento.

Nace la sombra de la luz:

caótica armonía.

Naranjos

I

Con el azahar,

se deshace la tarde

en El Sotillo.

II

Al atardecer, 

hormigas vagabundas

en el naranjo.

Adelfas

I

Luz de Poniente,

la sombra de la adelfa

crece al sol.

II

Sopla Levante,

vaivén de adelfas

a contraluz.

Migración

Pasan de nuevo

en sentido contrario

grullas y patos.

Abril

La tarde gris,

deja lluvia de abril

en la catedral.

Silbo

Mañana fría.

pasa el afilador

silbando al sol.

Pinos

Pinos de noviembre:

las alas del grajo

y las copas verdes.

Escrito por Francisco Pino en el poema "Color" de su libro Vuela pluma  publicado en 1982.

Leyenda

La fuente de piedra

vertía su eterno

cristal de leyenda.

Escrito por Antonio Machado en el poema VIII de sus Soledades (1899 - 1907)

Amanecer

Amanecer

en Paredes de Nava,

helada luz.

Albar

Espino blanco.

Entre las espinas

pequeñas flores.

Gamoneda

Hojeando el "Libro del frío", de Antonio Gamoneda, encuentro, como capilotes silvestres en la Herbenzosa, el estallido de un millar de narcisos... ¿o son haikus?

Tengo frío

junto a los manatiales. He subido

hasta cansar mi corazón.

Bajo las águilas

silenciosas, la inmensidad

carece de significado.

Entre el estiércol

y el relámpago escucho

el grito del pastor.

He oído la campana de la nieve,

he visto el hongo de la pureza,

he creado el olvido.

Amé todas las pérdidas.

Aún retumba el ruiseñor

en el jardín invisible.

Colores

El regato bajaba alegre y cantarín. Era un día de mayo, de hace ya muchos años. Con la caña varada entre las peñas, contemplaba los guijarros de la verdera. El brillo del sol reflejaba en las gotas salpicadas de las hojas. Y, de repente, se posaron.

En el arroyo,

libélulas azules

sobre la menta.

Gorriones

En la puerta

de la panadería, reunión

de gorriones.

Penumbra

Una tarde remota. Soy un niño.

Juego con mis hermanos en el huerto.

Pájaros que regresan a los pinos.

Sol en el jazminero.

Estos versos de E. Sánchez Rosillo (Atardecer en las lomas, en Elegías, Trieste) encierran la iluminación de un haiku, en la penumbra del poema: 

Tarde remota.

Sol en el jazminero

Soy un niño.

Aguilucho

Remonta el vuelo

en la escarcha del páramo

cuando amanece.

Páramo de Zamarramala, desde la cuesta de la carretera de Valladolid (Segovia, 12 de enero de 1992)

Vencejos

Vencejos de la primavera

por el aire de la mañana,

¡qué sosiego...

Versos de José Hierro, (tomados de un poema recogido en su Antología de 1990).

Castilla

El pueblo huele a pan.

En la iglesia, vacía,

se aburre Dios.

Un modelo bastante castellano de 'haiku'. Podía haber sido escrito por Antonio Machado, José Hierro, Claudio Rodríguez o Antonio Gamoneda. Lo encuentro entre las páginas y dibujos del Viaje a pié publicado por Julio Villar en 1986.

Alumbramiento

Foto de Mariano Belmar

Una iluminación, un fogonazo, un resplandor. Iluminamos con nuestras palabras el haiku. Desnudamos las sensaciones, reflejamos la percepción desnuda. Y si lo logramos,  he aquí la paradoja: no son nuestras palabras, es el reflejo de nuestro deseo de no dejar las cosas en la oscuridad. Dejamos hablar a las cosas, con sus palabras.

Cuando nacen las palabras, nacemos nosotros. Cuando nacemos, contemplamos la vida sin prejuicios sensoriales. Los sentidos se abren, paso a paso, a la naturaleza que nos rodea. Y paso a paso llega la luz a nuestros ojos. Hay una palabra perfecta que une el resplandor del haiku al momento primero de la vida: alumbramiento.

Crece la luz.

la tomo de la mano

y me ilumina.

Rebaños

Nube de polvo

rodando por el valle,

rebaño errante.

Enlace a haiku-guinda

Valle Amblés

...Y cuando salía

por toda aquesta vega

ya cosa no sabía...

Podría considerarse uno de los más antiguos "haikus castellanos". Describe y visualiza con precisión y sensibilidad parejas el verdor primaveral de la vega del río Adaja en el Valle Amblés, a los pies de la ciudad de Ávila. Lo escribió en la segunda mitad del siglo XVI, Juan de Yepes, más conocido como san Juan de la Cruz.

Vuelo

Vuela en picado

el águila encelada.

Desaparece.

Este instante, visión afortunada, vivido en Zaorejas (en la Sierra del Alto Tajo), tiene una explicación zoológica. Según me contó el guarda forestal, cada primavera, el águila real realiza su danza de celo cayendo en picado desde una gran altura. Impresionante.

Viajero

Conocí a Julio Villar -hace ya un cuarto de siglo- leyendo su libro 'Viaje a pié'... Desde entonces es mi amigo (aunque nunca he hablado con él), como son amigos los árboles, los cerros y los ríos, como es amigo el tomillo y el horizonte del mar... Estos día hemos vuelto a abrir en casa su 'viaje a pié' que, como imaginaba, está lleno de ejemplos de eso que aquí llamamos 'haiku castellano', entresaco algunos:

El camino

se hizo monte...

y se borró de no usarlo.

              Bala un cordero,                        

          me sobresalto. Le creí

              un niño llorando.

En el cristal

de la ventana de una casa

me veo pasar.

         Junto al fuego

        el gato duerme,

      el verano marchó.

Ser barrendero

en un pueblo bonito,

¡qué bonito!

y una haikú-guinda

Espinos

Aún arriba,

por las altas lomas

hay luz en los espinos.

Antonio Gamoneda cierra con dos versos (presentados aquí con estructura de haikú castellano) su segundo poema del libro León de la mirada, una impresión "En Cantamilanos", barrio de la capital leonesa donde creció el poeta.

Río Sequillo

Otoño en el ribazo

se desnuda

un álamo temblón.

(Haikú-guinda) Video-ilustración

ISA

En el estanque,

entre las espadañas,

dos niños miran.

ISA

Luna llena.

Vuelo de cigüeñas

en El Sotillo.

...en La Alcayna, noche del 8 de diciembre de 1998 (una dedicatoria en ''Haikú, poesía pintada'')

Conversación

Álamos viejos.

Serena charla 

  mirando el agua.

( una versión fotográfica )

El enlace a la foto de Bilbo, muestra un rincón otoñal del puente medieval sobre el río Araviana (también llamado Diluvial y Cascajal, y que nace en el "Collado del Puerto", a más de 1600 metros de altitud), junto a la Ermita de la Virgen del Remedio, entre los términos de Noviercas, Beratón y Ólvega, en el corazón de Soria (España). Si encuentras unos versos de Antonio Machado que se identifiquen con este haiku castellano, llévalos al 'Zoco'.

Retorno

Un hombre y un niño

Una cordillera

Llueve mientras vuelven a casa

(para escuchar y mirar)