Vuela en picado
el águila encelada.
Desaparece.
Este instante, visión afortunada, vivido en Zaorejas (en la Sierra del Alto Tajo), tiene una explicación zoológica. Según me contó el guarda forestal, cada primavera, el águila real realiza su danza de celo cayendo en picado desde una gran altura. Impresionante.
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