martes, 1 de marzo de 2016

Viajero

Conocí a Julio Villar -hace ya un cuarto de siglo- leyendo su libro 'Viaje a pié'... Desde entonces es mi amigo (aunque nunca he hablado con él), como son amigos los árboles, los cerros y los ríos, como es amigo el tomillo y el horizonte del mar... Estos día hemos vuelto a abrir en casa su 'viaje a pié' que, como imaginaba, está lleno de ejemplos de eso que aquí llamamos 'haiku castellano', entresaco algunos:

El camino
se hizo monte...
y se borró de no usarlo.


              Bala un cordero,                        
          me sobresalto. Le creí
              un niño llorando.
En el cristal
de la ventana de una casa
me veo pasar.
         Junto al fuego
        el gato duerme,
      el verano marchó.
Ser barrendero
en un pueblo bonito,
¡qué bonito!





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